El Senado convirtió en Ley el proyecto presentado por el actual Secretario General de la Presidencia, Eduardo de Pedro, por el cual quedó sin efecto la norma anterior que desde principios de los noventa mantenía sujetas a privatización a las fábricas militares de Azul, Fray Luis Beltrán, Río Tercero y Villa María. Estas unidades productivas habían quedado en pie luego de aquella década, y junto a la quinta que fue inaugurada recientemente en Jáchal, son las que hoy componen nuestra institución.

Tras la presentación realizada el pasado martes por el Secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, Santiago Rodríguez, en el plenario de las comisiones de Defensa Nacional y de Asuntos Administrativos y Municipales, la Cámara alta votó afirmativamente por esta iniciativa largamente buscada por la conducción de la empresa estatal y por los representantes gremiales.

Siendo diputado, de Pedro se había hecho eco de esta necesidad de reivindicación y hace algunos meses, junto a otros miembros del bloque del FPV, presentó el proyecto que obtuvo poco después la media sanción por unanimidad. Este miércoles el Senado, en medio de una sesión maratónica, le dio la aprobación definitiva.

Luego de la votación Rodríguez agradeció el apoyo de los legisladores, y expresó que esto “significa dar vuelta definitivamente una de las páginas más tristes en la historia de una institución como Fabricaciones Militares, que de algún modo condensa buena parte de la historia argentina reciente”. “

“En un proyecto de país donde la industria nacional no tenía lugar y donde el Estado era mala palabra, Fabricaciones Militares no era necesaria. Hoy está claro que el país es otro”, afirmó el secretario.

FM vive un momento único. El crecimiento en la producción de insumos para la actividad minera, el inicio de la producción en serie de material rodante ferroviario, el desarrollo de radares de para vigilancia aérea y meteorología, los nuevos productos como los chalecos multiamenazas para las Fuerzas de Seguridad, los proyectos de alto contenido tecnológico como el de aeronaves no tripuladas, son la demostración más concreta de esa realidad.