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Fue establecido como “Día del Bibliotecario” el día 13 de septiembre, por el Congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en el año 1942 y fue instituido como "Día del Bibliotecario" a nivel nacional, en 1954, mediante sanción de un decreto, en homenaje a los bibliotecarios de todo el país.

Este día coincide con la edición de la "Gazeta de Buenos Ayres" del año 1810, en la que apareció un artículo titulado Educación, escrito por Mariano Moreno. En el mismo se informaba de la creación por la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.

La Biblioteca Pública, hoy la Biblioteca Nacional fue creada a inspiración del Dr. Mariano Moreno, Secretario de la Primera Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo.

Un bibliotecario no solo es un simple bibliotecario, no es un trabajo normal. Ellos sienten una inmensa pasión al realizar su trabajo, al estar en ese “laberinto de libros”, ayudando a cada persona a buscar el libro que necesitan y rápidamente encontrarlo entre miles, cuando unos hubiese estado horas tratando de hallarlo. Al saber que cada vez que dan un libro a un niño o bien un adulto, están fomentando la lectura.

Cecilia Cainelli, es una de las bibliotecarias que tiene nuestra ciudad, se encuentra trabajando en la biblioteca “Ave María” del ISPI 9085 Colegio Santa Rosa de Viterbo, y nos contó su experiencia como bibliotecaria.

“Hace 17 años que estoy trabajando en la biblioteca, me encanta hacerlo, es lo mejor que me puede pasar en la vida”, comentó Cecilia. “Cuando los más chicos se acercan a leer, siento, como todo bibliotecario, un enorme placer al ver las caras que ponen cuando abren un libro, aún sin saber leer los leen al ver las imágenes. Y cuando se llevan libros a sus casas que sabemos que no los van a leer ellos, sino que se lo va a leer un abuelo, un tío, un papá. Simplemente siento placer”, agregó.

“A los que no leen les diría que se acerquen a cualquier biblioteca, librería, una feria, porque el libro sin dudas es una puerta que te abra la imaginación”, expresó Cainelli.

Cecilia trabaja en la biblioteca del Colegio Santa Rosa de Viterbo. La misma tiene alrededor de 13.500 libros, los cuales ingresan por donación de editoriales, donación de particulares o por compra.