No se encontraron resultados.En la publicación de este medio la trabajadora contó: “Me encadené a la palmera con un cartel para reclamar por mi despido injustificado y mandaron a la policía a que me retire del lugar, aunque yo no estaba causando disturbios. Al día siguiente me presento a trabajar y en el depósito me dijo todo lo que me tenía que decir y más y terminó con que me fuera a lo que respondí que me envíe el telegrama”.

Velázquez contó que la situación dada por el encadenamiento de Vanesa, la empleada, fue tras una confusión y malestar de la misma persona. En su relato explica que la joven prestaba sus servicios en un sector de la cocina y tenían una compañera que estaba en periodo de prueba “iba a ser capacitada en el sector de Vanesa por otro trabajador con mayor experiencia y le pedí a Vanesa, que no fuera un día, para que aprenda su compañera”.

El resultado de este movimiento fue “un llamado agresivo de la trabajadora con insultos de todos los colores y mi respuesta fue siempre la misma, pero no entendió que yo no la había despedido. Al día siguiente se presentó a trabajar no que nada hubiese pasado y en ese momento si le pedí que se vaya”.

Velázquez explica porque desvincula a la trabajadora el segundo día y en tal sentido detalló “lamentablemente tuve que sacarla porque no se puede exponer a los clientes. Nuestros clientes son niños, familias que comen de nuestra comida, y en la cocina no se puede tener a un trabajador al que se le pierde la confianza”.

Por otro lado Velázquez remarcó que “en ningún momento hubo maltrato de mi parte, pero si la desconfianza porque luego de que se encadenada a la palmera fuera del local y sin ser despedida” y agregó “con los otros trabajadores no tenemos ningún problema, a veces hasta comemos juntos y bromeamos”.

“Una vez hubo un caso que una chica puso un huevo podrido en una hamburguesa y el cliente, un amigo por suerte, me advirtió a la brevedad y buscamos en la carne, rompimos un maple de huevos buscando el problema y no encontramos nada, fue una mala intención. Desde entonces la calidad de nuestra comida está asegurada porque tengo personal de confianza en la cocina”, relató el dueño.

Entre la conversación, el dueño de la rotisería remarcó que la misma cuenta con todas las habilitaciones para poder funcionar como comercio gastronómico y que el personal se encuentra capacitado y bajo el convenio Colectivo de trabajo del sindicato de confiteros, quienes, según lo expresado, realizaron inspecciones.

Consultado a la reacción de la trabajadora, Velázquez destacó que “yo creo que hubo problemas fuera del comercio, porque ella ya venía con mala onda, y explotó cuando le pedí este cambio, que fue de solo un día” y agregó “ni los compañeros sabían porque había reaccionado de tal manera”.