No se encontraron resultados.Los infantes se preparan para una nueva guerra, para una pelea social que será la del mañana. Nuevas sensaciones forman a nuestros hijos indirectamente. Aquellos episodios de violación a nuestras pertenencias, a nuestros hogares, quedan grabados en sus ágiles e inocentes memorias, será como un anticuerpo o será como el virus.

Formación. A lo largo de nuestras vidas, la familia fue guiando nuestros pasos hacia los caminos que creyeron correctos para nuestro futuro. Las historias que nos rodean también son parte de nuestra formación, de nuestra cultura y hasta de la naturalización o repudio de las cosas y actitudes. Hoy aquel niño que es sometido a un acto delictivo, violento o no, a un hecho que lo afecte de forma directa, sin dudas quedará en un recuerdo agrio de sus pequeñas vidas.

Esta semana un jardín de infantes de la localidad de Fray Luis Beltrán fue robado. Las pocas herramientas que utiliza esta institución escolar, la de mayor importancia en la vida de un niño, fueron arrancadas en una noche.

Un Juguete. Sobre quienes o quién realizó el robo, se sabe poco y nada, no hubo testigos que puedan aportar datos a la denuncia realizada por las maestras. La fuerza para abrir la reja a palanca con un hierro, no puede ser más que de un adolescente o un hombre, la voracidad del robo indica una clara inercia en esta tarea, pero un juguete marca la diferencia con el resto de los hechos, aquella ilusión de un niño corrompe desde adentro al malviviente, para desatar una decisión, que satisface su alma al alcanzar aquello que anhela.

“Yo soy un superhéroe, lo voy a recuperar”, dijo un infante a su maestra al enterarse que algunos de sus juguetes fueron hurtados. Más allá de la fantasía de nuestros niños, este impulso puro y sano, nos quebranta el alma y vaya a saber qué pasará en los pensamientos de aquellas personitas que en su primer tiempo de esta larga vida, comienzan con un sentimiento de angustia y preocupación.

Hoy la institución escolar instaló una alcancía en el supermercado de la esquina para recaudar fondos y recuperar lo perdido, además una familia donó una canasta para realizar un sorteo entre los padres del jardín. La solidaridad de la comunidad de Beltrán vuelve a demostrar que todos juntos podemos salir adelante y que estos malos momentos solo van a llevar a que la sociedad recupere su unidad, su colaboración y el pensamiento por nuestro prójimo.

No hace falta la infantería, todos podemos ser superhéroes.