No se encontraron resultados.La Cámara de Senadores de Santa Fe está compuesta por 19 legisladores, uno por cada departamento de nuestra provincia. Un total de 11 pertenecen al Partido Justicialista (PJ), de los cuales ninguno fue electo por primera vez como senador en el año 2011. Siete de esos once vienen siendo reelectos al menos en un mandato (es decir que están ocupando la banca, como mínimo, desde el 2007 a la fecha sin interrupciones).

Un gran ejemplo de senador crónico es Alberto Crosetti, que está cumpliendo su 5° mandato. En 2015 cumplirá 20 años ocupando la misma función. Toda una vida. Pasaron Ocho presidentes distintos, cuatro gobernadores diferentes, cinco mundiales de fútbol, cinco Juegos Olímpicos. Llegará a la nada despreciable cifra de 7300 días como senador.

De esos once senadores sólo cuatro se encuentran en mandatos intercalados, pero antes de 2007 ya habían estado en la cámara alta al menos en una ocasión.

En tanto, el Frente Progresista cuenta con ocho representantes en el senado. Seis de ellos fueron electos por primera vez. Y uno de los dos reelectos, que parece que quiere alcanzar a Crosetti, va por su 4° período consecutivo: el radical Felipe Michling.

Muchos de estos legisladores, por ejemplo, han rechazado sistemáticamente la posibilidad de una nueva ley de Centros de Estudiantes en la provincia, manteniendo una escueta norma sancionada en 1988. O también se opusieron a que las grandes empresas paguen ingresos brutos.

En la semana el gobernador Antonio Bonfatti adelantó que intentará la tan deseada reforma constitucional de la provincia de Santa Fe, que fue modificada por última vez en 1962. Sus dos antecesores, Jorge Obeid y Hermes Binner, también lo intentaron, pero con resultado negativo.

Entre los puntos a retocar de la carta magna santafesina se habló de la posibilidad de limitar los mandatos, tantos legislativos como de ejecutivos en las localidades y también, por supuesto, de los legisladores provinciales. Además ingresaría la posibilidad de darle una reelección al jefe de la Casa Gris, de la que él se autoexcluyo por haber jurado por otra Constitución donde no se permitía repetir inmediatamente el mandato.

Sería una buena oportunidad para terminar con la larga y cómoda estadía de algunos legisladores que, escondidos bajo un escudo, se mantienen firmes en sus bancas.