No se encontraron resultados.Nos sorprende nuevamente el final de un año más. Y con el llegan las ganas de volver la vista atrás y mirar desde lejos todo nuestro año.

La tradición de la gran mayoría es hacer un balance de las cosas buenas y malas de los trescientos sesenta y pico de días que pasaron, y esperando con ansias por los pocos que quedan, para cerrar nuevamente un ciclo, como todos los 31 de diciembre.

Estoy convencida que somos nosotros quienes decidimos para qué lado se inclina la balanza a las 11:59 del último día del año. Dependerá de nosotros, de la actitud con la que decidamos terminar y comenzar las cosas.

Por mi parte propongo que el balance no quede en el último día, que no sea borrón y cuenta nueva… Más bien que sea un línea larga como la que escribíamos en el cuaderno de la primaria, para separar los días, sabiendo que si bien comienza algo nuevo, siempre podemos volver a hojear el cuaderno y recordar lo anterior, aprendiendo de los errores e imitando las actitudes que nos llevaron a obtener logros.

Deseo que las balanzas de todos se inclinen hacia el lado que mayor enseñanzas traiga. Más allá de lo positivo o negativo que pueda resultar su balance, lo invito a marcar con resaltador en el cuaderno de su vida las cosas que lo hicieron crecer. Y ojalá que pueda cerrar su ciclo dibujando una línea con el pulso firme, con la certeza de haber aprendido algo, y con las ganas de aprender mucho más en el año que está por comenzar.

¡Felices Fiestas!