No se encontraron resultados.Paula Marcela Perassi fue vista por última vez el 18 de septiembre del año 2011. En ese entonces, la mujer tenía 34 años y dos hijos: un niño de 2 y otro de 6 años. Ellos crecen día a día sin saber que sucedió con su madre y los padres de Paula, Alberto y Alicia Perassi, sin encontrar una respuesta que pueda explicarle a los chicos que fue lo que ocurrió.

La joven salió de su domicilio de la ciudad de San Lorenzo alrededor de las 21:30hs de aquel domingo, con el objetivo, supuestamente, de buscar la tarea de uno de sus hijos. Fue la última vez que se la vio con vida.

Según se pudo comprobar a través de las investigaciones, que evidentemente no han cumplido las expectativas en lo más mínimo, Paula recibió una llamada telefónica en su celular proveniente de un locutorio sanlorencino. La justicia pidió las imágenes de las cámaras de seguridad del comercio pero, como sucedería en una incontable cantidad de oportunidades en el caso Perassi, llegaría tarde. El sistema de vigilancia de este locutorio borraba las filmaciones transcurrido los siete días, la solicitud de las filmaciones se hizo diez después de que se realizó la misma.

Este tipo de errores –quiere pensar siempre uno que no son adrede, aunque a veces cueste creerlo- se repitieron uno y otra vez en este caso. Como los mensajes que recibió en su celular Alberto Perassi, cuya autoría supuestamente pertenecían a Paula, pero nunca se determinó desde que aparato fueron enviados.

Un dato que es imposible dejar de mencionar es que Paula se encontraba embarazada de seis semanas al momento de su desaparición. Según se desprende de distintas conversaciones que mantuvo con un amigo a través de la red social Facebook, ese hijo provenía de una relación extramatrimonial.


Alberto Perassi en una de sus tantas recorridas reclamando justicia

En el transcurso de estos tres años, sólo hubo dos procesados que permanecieron detenidos menos de dos meses: detenidos menos de tres meses: el amante de Perassi, Gabriel Strumia, en la cárcel de Piñero, y Antonio Díaz, empleado y mano derecha de Strumia, en Coronda. Incluso la causa estuvo al borde del cierre y en abril del año pasado la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario revocó el procesamiento de los únicos dos imputados hasta el momento.

Ante este fallo, la defensa de la familia Perassi, presentó a través del fiscal Guillermo Camporini un recurso de inconstitucionalidad para que la Corte Suprema revise la resolución. Fue esta presentación la que llevó al juez Filocco a rechazar el sobreseimiento de los dos imputados y evitar que la causa se cierre.

Hoy la causa se encuentra bajo la órbita del juez Juan José Tutau, debido a la implementación del nuevo Sistema Procesal Penal que se aplica en la provincia de Santa Fe desde febrero pasado. Cabe destacar que para el magistrado Filocco, varias organizaciones pidieron el jury de enjuiciamiento por su mal desempeño y algunos dirigentes políticos dijeron rápidamente apoyar este pedido a través de la legislatura provincial, sin embargo todo, como lamentablemente ocurre en este caso, quedó en la nada.

En cuanto al accionar del fiscal Román Moscetta, alcanza con leer el fallo de los jueces Carina Luratti, Alfredo Ivaldi Artacho y Ernesto Pangia al revocar el procesamiento de los imputados: “…el Ministerio Fiscal ha estado ausente, en la forma más absoluta. En más de 2000 fojas, muy de vez en cuando aparece una notificación, o un tibio pedido. Jamás se desarrolló desde esa Parte una propuesta o se solicitaron medidas en función de una línea de investigación, y menos aún en función de una teoría del caso de parte del Actor Penal público”, señalan


Alberto encadenado en tribunales

Cuando todo comenzaba a adentrarse en una meseta interminable, Alberto Perassi recurrió en mayo de este año a la televisión nacional para reflejar su caso. Se presentó junto a su mujer en el programa del negro González Oro y lograron darle visibilidad en el caso, lo único que puede conmover a algunos e impulsarlos a retomar actividades para no quedar expuestos públicamente. Sin embargo, una vez, todo pareció volver a foja cero.

Hoy, a tres años de la desaparición de Paula, los familiares decidieron no realizar ninguna manifestación, al igual que en los últimos meses. “Queremos pasar un día en paz. Yo no soporto más”, declaró Alberto ayer en diálogo con una emisora sanlorencina.


Una de las tantas manifestaciones realizadas